Gloria Minguillón. 3º B
Afrodita es una diosa de la mitología griega, conocida mayoritariamente por ser la diosa del amor y la belleza. Aunque esto no va muy bien encaminado, no era únicamente la diosa de estas dos cosas, sino que también se le consideraba la diosa del deseo y la reproducción.
Los filósofos griegos, a finales del siglo V a.C., separaron a esta diosa en dos:
Afrodita Urania, nacida de Urano cuando Crono lo castró y tiró sus genitales al mar naciendo ella ya adulta de la sangre y el semen del Dios, considerada la diosa de el amor puro y Afrodita Pandemos, hija de Zeus y Dione, considerada la diosa del amor vulgar. La diosa que es más conocida, y la que obtiene el protagonismo de los mitos, es Afrodita Urania.
Debido a su inmensa belleza, Zeus creía que esto podría ser un detonante para los conflictos entre los dioses, por lo que casó a Afrodita con Hefesto, el severo dios del fuego, para evitarlo. La diosa, descontenta con esto, le fue infiel a su esposo en numerosas ocasiones, tanto con dioses como con mortales. Se solía decir en la antigüedad que cualquier hombre mortal que la viese, quedaría inmediatamente enamorado de ella. De sus aventuras, dio a luz a muchos hijos, todos ellos con distintos mortales y dioses. Su historia más larga fue con Ares, el dios de la guerra.
Esta diosa era bien conocida por los duros castigos que impartía a quien osaba ofenderla. Uno de los casos más conocidos de esto fue el de Mirra. Cuando su madre cometió el error de afirmar que su hija era más bella que Afrodita; esta, molesta, castigó a Mirra haciendo que tuviese deseos lujuriosos con su padre y a sabiendas de que la rechazaría, se vistió de prostituta consiguiendo pasar una noche con él y quedar embarazada. Cuando su padre se enteró, la persiguió con un cuchillo, y ella pidió ayuda a los dioses, los cuales se apiadaron de ella y la convirtieron en un árbol para que no le pudiese hacer daño. El árbol tiene ese mismo nombre por ella.
En el Olimpo, Afrodita fue considerada la diosa más bella debido a una discusión. Todo comenzó con la boda de Tetis, una ninfa del mar, y Paleo, nieto de Zeus y Padre de Aquiles, que al no invitar a Eris, la divinidad de la discordia, tuvo como consecuencia que esta trazara un plan para vengarse. La diosa pidió una manzana del jardín de las hespérides y en ella talló “Para la más hermosa”. En medio de la reunión, apareció diciendo las palabras talladas y arrojando la manzana dorada, lo que ocasionó la disputa entre las diosas. Entre ellas se eligieron a tres diosas: Hera, Atenea y
Afrodita. Para evitar que las tres diosas decidieran esto de manera violenta, Zeus buscó a un juez imparcial y fue elegido Paris, un pastor al que Hermes le entregó la manzana para que se la diera como un regalo a la diosa que le pareciera la más bella. Cada una de ellas le ofreció un soborno que le daría si era elegida: Hera lo intentó sobornar con un reino y la felicidad conyugal y la dicha familiar, Atenea le ofreció sabiduría, fama y gloria en la batalla, por último, Afrodita le ofreció el amor de la mujer mortal más hermosa del mundo y terminó ganando Afrodita.