Para trabajar textos argumentativos, los alumnos de cuarto de eso, en la materia de lengua castellana y literatura, han abordado una cuestión siempre polémica: el mundo de los toros. Hemos seleccionado varios textos, a favor y en contra de la fiesta de los toros:
David Mirabal Betancort (4º ESO B)
La corrida de toros es la actividad más conocida de la tauromaquia, en la cual al toro se le lidia, colocándole unas banderillas y debilitándolo durante un cierto tiempo para, finalmente, matarlo.
No estoy de acuerdo con esta actividad, ya que la muerte de cualquier animal no debe ser motivo de espectáculo. ¿Es justo que un animal tenga que sufrir y morir para que unos humanos se diviertan? Aunque la tradición tenga mucha importancia en este tema, este tipo de actividad no respeta los derechos de los animales al hacer sufrir al toro y llevarlo a su muerte. Al fin y al cabo, todos los seres vivos mueren, es cierto, pero ninguno nace para ser asesinado.
Me avergüenzo de que mi país tenga como icono este “espectáculo” que es totalmente evitable porque existen otras actividades de ocio para disfrutar; no creo que a nadie le guste ver cómo matan a un perro o a un gato; sin embargo, muchas personas aman ver morir a un toro.
En definitiva, la del toreo, es una práctica de crueldad hacia el toro y, por ello, hay que acabar con las corridas de toros cuanto antes.
Carlos Rodríguez Méndez (4º ESO B)
LA FIESTA DE LOS TOROS
La corrida de toros o toreo es una fiesta que consiste en lidiar toros bravos a pie o a caballo, en un recinto cerrado para tal fin (la plaza de toros). No solo están justificadas las corridas de toros, desde mi punto de vista, sino que se hace necesario seguir luchando para que se mantengan en un futuro. Y ello porque, aunque se piense lo contrario, la corrida de toros no tiene como objetivo hacer sufrir.
Que las corridas de toros impliquen la muerte y un cierto sufrimiento previo, forma parte innegable de esta actividad. Pero eso no significa que el sufrimiento del toro sea el objetivo, al igual que en la pesca con caña, la caza deportiva, el consumo de langosta, el sacrificio del cordero en la fiesta grande musulmana, etc. en las que tampoco eso se convierte en el fin último de dichas actividades. Si se prohibieran todas las acciones humanas que pudieran tener como efecto el sufrimiento de un animal, habría que prohibir un importante número de ritos religiosos, actividades de ocio, incluidas las prácticas gastronómicas con el consumo normal de pescado y carne, que generan estrés, dolor e incomodidad a las especies afectadas.
Las corridas de toros no son más tortura que la pesca con caña. Se pescan los peces por desafío, diversión, pasión…, y para comérselos. Se torean los toros por desafío, diversión, pasión…, y para comérselos. Torturar a un hombre o a un animal es hacerlo sobre un ser con las manos y los pies atados y, en cualquier caso, privado de la posibilidad de defenderse. Y eso no sucede en las corridas de toros, sino que además sería contrario a su sentido, esencia, y valor. Lo que nos interesa a los aficionados es primero la pelea del toro. Lo que da sentido a la lidia es la competitividad del animal. Si el toro fuera pasivo, o estuviera desarmado, la corrida no tendría ningún sentido y ha habido casos en los que no se produce la lidia si el toro está pasivo.
Tenemos dos comprobaciones evidentes: si se le hiciera la prueba del puyazo (herida profunda con la puya) a un buey o a un lobo, huiría, puesto que la fuga es la reacción inmediata de cualquier mamífero ante una agresión. Sin embargo, el toro de lidia, lejos de huir, redobla sus fuerzas y sus agresiones. Segunda comprobación: cuando se hace sufrir a un toro de lidia una verdadera tortura (por ejemplo una descarga eléctrica, como es el caso de algunas vallas electrificadas), se escapa y huye. Este comportamiento es justo el contrario a su reacción en la pelea.
A veces se dice: ‘’El hombre lucha si quiere, elige arriesgar su vida; el animal no elige el combate, sino que está condenado a la lucha y a su muerte.’’ No es cierto. Los animales no eligen conscientemente una cosa u otra. No se marcan un objetivo en su mente al que intentarían llegar de cualquier manera. Muy al contrario, actúan según su naturaleza, o la de su especie. De esta forma, un toro que ataca no ataca por voluntad o por elección, sino que su comportamiento obedece a su naturaleza, a su carácter y a la bravura de la que está hecho.
Para concluir, pienso que los toros han proporcionado millones de euros y turistas a la nación española, ya que son un patrimonio universal. Por estas razones, la tauromaquia no solo debe permitirse, sino que, además, debe asegurarse su futuro.
Francisco Varas Mercado (4º ESO B)
Existe una gran variedad de fiestas con toros, pero, en mi opinión, las más importantes son las corridas de toros. En estas ‘’fiestas’’ se tortura al animal hasta la muerte delante de cientos de personas que, previamente han pagado para asistir al espectáculo.
A pesar de todo, un toro que se ha mostrado muy bravo durante toda la lidia puede ser indultado. Entonces llegan los bueyes a la plaza y se llevan al toro. Este toro pasa a la ganadería como semental. Esto es, a mi parecer, un tanto interesante. Entiendo que los toros que, por así decirlo, han pasado la prueba de la lidia, se conviertan en sementales con la intención de que sus crías salgan igual que sus padres.
Los toreros se juegan la vida intentando matar al toro, pero las cogidas no son habituales. Al torero se le trata como a una estrella de Hollywood aplaudiéndolo y alabándolo. Realmente no lo entiendo. ¿De verdad les parece bonito ver morir a un animal? ¿Ver cómo un hombre se burla de él? ¿Creen que es justo? No. No es bonito ver cómo un hombre juega con un toro al pilla-pilla, pero con un final tan cruel. La mayoría de los taurinos se defienden diciendo que, antes de la corrida, el toro ha vivido como un rey pero, ¿por qué tiene que acabar así? Tiene que haber muchas otras formas de matar al toro sin hacerlo sufrir tanto. Claro está, dejando atrás el tema económico, porque estoy seguro de que estas corridas se hacen por esto. De todas maneras, no es razón para hacerlo. También está la excusa de que es por tradición. Imaginemos que hayas nacido en una sociedad en la que, todos los domingos, se seleccionase una persona indefensa para enfrentarse a un león hambriento. Solo por tradición, ¿lo harías?.
Con lo que estoy más en desacuerdo es con que saquen tantísimo dinero de esta práctica y que a España se la reconozca por esto. Yo como carne de pollo y sé que un animal ha muerto para que me pueda estar comiendo su carne, pero al menos sé que no se ha hecho una fiesta para matarlo. Sé que no lo han visto morir más de cinco personas, sé que no se ha ganado dinero por el hecho de matarlo. En definitiva, estoy totalmente en desacuerdo con cualquier tipo de maltrato animal, por muy español o por muy tradicional que sea.
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